“Nemesia -flor carbonera- / creció con los pies descalzos. / ¡Hasta rompía las piedras / con las piedras de sus callos!...”
Jesús Orta Ruiz
Jesús Orta Ruiz
Le vi el fondo de los ojos y allí solo había sangre y balas y uniformes de mercenarios. Estaba el camión alejándose de Soplillar dando vueltas en la pupila y los gritos le subían por las pestañas, saltaban a las cejas y trataban de escaparse de los recuerdos; pero otros surgían en el centro mismo del iris. Las manos de carbonera y las piedras de sus callos han cambiado bien poco, y el retrato de su madre, a mitad de la sala, se roba el silencio del poblado. En el cuerpo están apocopados los dolores desde abril de 1961 y desde que su nombre quedó perpetuado en la elegía a sus zapaticos blancos.