miércoles, 3 de octubre de 2012

Las luces del parque


Las luces del parque
no alcanzan
la inmensidad
de las sábanas destendidas,
desaparecen
al compás del baile
y las pestañas.
El tiempo es un pez que
abre las branquias
a mitad del Sahara.
El tiempo es un no
que muere,
un poeta suicida
y con muletas,
una ventana que
se abre,
un ensayo de Borges
que cuelga
de tus ojos.

Las luces del parque
no saben
que se extinguieron las nubes,
no hay,
e intentan convencerme
para que duerma,
pero hoy es el día
del nacimiento
de Alea.
Las luces del parque
no entienden,
callan
cuando
nosotros
gritamos,
cuando
tu sonrisa
me detiene
la cintura.
Afuera los abismos crecen,
qué extraño.
Afuera:
Eliseo,
Brodsky,
Salinger,
Cohen,
Rilke,
danzan.
Afuera:
nos expían
los cuerdos
y
los boleros.
Las luces del parque
nos temen,
infinitamente,
porque
ellas
mueren
después
de cada beso.

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