Northrop Frye fue un teórico y crítico literario de origen canadiense. Su libro The Anatomy of Criticism (1957) es considerado uno de los más influyentes de la crítica de su tiempo. Para los estudios sobre literatura, atinadamente, Frye partió de una exploración de las necesidades básicas del ser humano, a las cuales incorpora en dos grupos de preocupaciones: las primarias y las secundarias.
Las primarias tienen que ver con el sexo, la comida, la propiedad y la libertad de movimiento; mientras que las segundas se refieren a las filiaciones religiosas, políticas e ideológicas. Frye cree, además, que los mitos fundamentales de la humanidad expresan angustias sobre las preocupaciones primarias.
Los desvelos y las ansias porque la vida no sea solo una marea de obstáculos que siempre regresan, se han mantenido efectivos a lo largo de la existencia de la humanidad. Ello ha sido motivo para brillantes creaciones literarias y reales pugnas por sobrevivir en un mundo, al parecer, diseñado en ocasiones para lo opuesto. Que exista un poco de paz en relación con dichas cuestiones es fundamental para no volverse unos desequilibrados antes de tiempo.
Pensar en Cuba las necesidades primarias expuestas por el teórico canadiense, me resultó muy simpático. La lucha constante porque estas no caigan del bote y zozobren es recurrente; incluso si caen. Imagino que casi todos los cubanos tenemos las manos húmedas.
Si se trata de COMIDA, por ejemplo, sabemos que el salario medio de los trabajadores, sean profesionales u obreros, no da abasto para consumir holgadamente el alimento que se debe. Y sabemos que el alimento que se debe tampoco abunda en los puntos estatales de la ciudad y que los cuenta propia se han contagiado con agentes que solo conocen de multas.
Inventar soluciones que no tienen remedios viables es tan desesperante como desandar las carnicerías —u otros establecimientos— y advertir que no hay nada para la cena de hoy. Ello sin anotar que estamos hablando de comidas no exquisitas/básicas: huevo, croqueta, picadillo, hamburguesa; ir a la caza de la carne de puerco, res o los mariscos (paradójicamente en un archipiélago) es batalla perdida antes de iniciarla.
La PROPIEDAD, la bien amada y detestada propiedad, con más holgura gracias a las nuevas medidas que sentencian, finalmente, que tu propiedad es tuya; tampoco está diseñada para finales felices. Poco espacio dejan los capitales para que uno pueda adquirir propiedades, ya sean las necesarias para trabajar, para desarrollar una vida más cómoda, para calzar y vestir, las relacionadas con gustos y placeres, así como la referida a un lugar conveniente donde vivir con área suficiente para la familia.
Al final del camino, uno termina siendo propietario de bastantes pocas cosas.
La LIBERTAD DE MOVIMIENTO te inmoviliza cada vez con más frecuencia. Atados de formas compactas, la única autonomía que conoces es la de moverte con tus propios pies hasta el destino que ellos puedan soportar. Si vas un poco más allá: desiste.
Los viajes interprovinciales, por hablar de ejemplos más realizables, se hacen difíciles de formas inimaginables y puedes pernoctar y amanecer, una y otra vez en las terminales, como náufrago olvidado. Si necesitas viajar de improvisto no hay pasaje y las listas de espera nunca dicen tu nombre. Mientras ves por detrás a funcionarios en venta, prestos siempre a que acudas a ellos por algo de ayuda.
La complicaciones relacionadas con el transporte coaccionan también de muchas maneras el diseño de tu vida; siempre dependerás de cuatro, tres o dos ruedas para llegar a los destinos que quieras a la hora que desees. Si no hay transporte no sales: no vives.
Ello demuestra que la necesidad básica mayor resuelta (aunque hay quienes sufren, de igual manera, por su causa o quienes se aprovechan para ganar dinero a su costa) es el SEXO. No queda otro remedio: tengamos sexo y cubramos esta necesidad como se debe, incluso, por la deficiencia de las anteriores.
Entonces: si es difícil conseguir la comida, si se te hace improbable la adquisición de propiedades y si la libertad de movimiento te detiene a cada paso, siempre será mejor hacer el amor y luego rendirse.
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