El cielo llorará el día 12, ya lo avisaron los radares y los meteorólogos y las señoritas del clima, aparecieron con sonrisas cálidas y apenas abrieron los labios para decir: el cielo llorará; y hasta se pusieron alegres y recomendaron a las familias y a los enamorados y a los amigos y a los enfermos de los hospitales y a los que perdieron un sueño alguna vez, salir afuera, tender un mantel en algún descampado y recostarse, boca arriba, a esperar. Recomendaron también tomarse de las manos cerca de la medianoche, darse besos en lugares inimaginados de los cuerpos (como un nudillo o una uña o la rodilla), arrancarse un cabello, dejar escapar al pensamiento más prohibido y darse pellizcos para no perderse en el letargo.
A cada rato aparece el spot en la televisión y ya las tiendas quedaron huérfanas de manteles y ya escuché que fueron varios los que marcaron territorio en todos los parques de la ciudad para contemplar el fenómeno. El cielo llorará el día 12, caerán las lágrimas sobre la tierra y salpicarán a todo el que las espere. Esta mañana he sacado del escaparate la franela en verde, la puse al sol por un rato, luego la volvía a doblar, pero no me atreví a guardarla; es que el cielo llorará el día 12 y yo espero que tú aparezcas antes.
Melissa: Así descrita, ¡viva la pena del cielo! Yo soy feliz con su llanto. Mientras aparecen tus desaparecidos, otros optamos por empaparnos en tu post. Un beso.
ResponderEliminarMila: eres un angel que seguro bajó, hace mucho tiempo, montado en una lágrima. Gracias siempre, por serme fiel y llegar a estas pupilas. Y para que sepas, me basta con que tú te empapes en mi pos, y muchísimo, aunque no aparezca nadie. Un besiiii enorme.
EliminarCómo que nadie va a aparecer??...No te preocupes, seguro que llegan en las estrellas.
ResponderEliminarMar: gracias por las esperanzas, es tan bueno que alguien las reparta así de este modo!!!!, pues no hay problema, sin dudas, lo esperaré entonces cuando descienda de una estrella. Un beso.
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