Después de estos años en los que cerré los ojos mientras tú mentías, y empecé a preferir tus días, comidas y lugares favoritos; después que detuve mis sueños para cumplir los tuyos y nublé la realidad y creí ser feliz y pensé, que en realidad, mi otra almohada no estaba vacía y aguanté lo que nadie, no pudo creer en la traición de mis pensamientos. Después que desperté cuando estuve bien lejos y bien oscura, no puedo creer que anoche, mientras estaba sentada sobre el muro del malecón, te me aparecías en todos los rostros, no puedo creer que escuché tu voz y extrañé tus besos; es absolutamente imposible que alguien, que yo, a sabiendas que no es lógico, pueda añorar al único ser que empañó todas mis alegrías con tanto daño.
Ver más cuadros de Salvador Dalí
Melli: el amor, como el insomnio, es algo muy persistente
ResponderEliminarjajajajajjajjaja, Karina, como me has hecho reír con tu comentario, gracias, de verdad. Solo espero no terminar levantándome la tapa de los sesos. Besos nena. Y: salve a Virgilio!!!!!
Eliminar