Los días se confunden con fantasmas
y las olas con niños que alguna vez
estuvieron arrodillados mientras
calmaban la sed con la marea.
Ellos vivieron aquí, hace mucho tiempo,
cuando había otros soles,
y construyeron sus casas con arena y sal,
y en un saco enorme guardaron las tristezas
y las escondieron en la cúspide del faro.
Ellos guiaron a cuanta sirena se extravió
en el Caribe, dicen que perdieron los oídos,
pero jamás se les vio huir cuando ellas
se enredaron entre los corales,
cuando gritaban desesperadas,
cuando los violaron en medio de los arrecifes.
Ellos se perdieron entonces entre la orilla,
con sombreros gigantes que se construyeron,
años después, zurciendo melancolías.
Ellos estuvieron solos toda la vida
y jamás se les escuchó un lamento.
Hoy, por primera vez en muchos siglos,
me parece haber visto uno,
alejándose a prisa.
Vi sus huellas y sonreí.
y las olas con niños que alguna vez
estuvieron arrodillados mientras
calmaban la sed con la marea.
Ellos vivieron aquí, hace mucho tiempo,
cuando había otros soles,
y construyeron sus casas con arena y sal,
y en un saco enorme guardaron las tristezas
y las escondieron en la cúspide del faro.
Ellos guiaron a cuanta sirena se extravió
en el Caribe, dicen que perdieron los oídos,
pero jamás se les vio huir cuando ellas
se enredaron entre los corales,
cuando gritaban desesperadas,
cuando los violaron en medio de los arrecifes.
Ellos se perdieron entonces entre la orilla,
con sombreros gigantes que se construyeron,
años después, zurciendo melancolías.
Ellos estuvieron solos toda la vida
y jamás se les escuchó un lamento.
Hoy, por primera vez en muchos siglos,
me parece haber visto uno,
alejándose a prisa.
Vi sus huellas y sonreí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario