lunes, 28 de enero de 2013

Volver más puras las palabras de la tribu

Arturo Carrera
En la oscuridad encontró la más profunda intensidad de la luz, y cruzó con sus versos hacia una nueva dimensión del significado de las palabras. Arturo Carrera zarpó de Coronel Pringels una mañana de sus 18 años y, tiempo después, Buenos Aires asistiría a su nacimiento lírico como espectador celoso y estupefacto.

La tradición poética argentina encontró pronto un techo vanguardista en los poemas de Carrera. Su amistad con Alejandra Pizarnik y otros artistas contemporáneos potenció sus horizontes. Su primer libro, Escrito con un nictógrafo, contiene un disco compacto con lectura de Pizarnik y prólogo de Severo Sarduy; es un exponente puntual del neobarroco latinoamericano.

A su desempeño poético acompañan disímiles premios entre los que destacan: Premio de Poesía Hispanoamericana Festival de la Lira en Ecuador (2009) y Segundo Premio Nacional de Poesía (2011). Su obra ha sido traducida al portugués, italiano, francés, sueco e inglés y forma parte de numerosas antologías.

Junto al dramaturgo y poeta Emeterio Cerro creó el teatro de títeres ambulante El escándalo de la serpentina. De conjunto con Juan José Cambre, César Aira y Alfredo Prior, funda en el 2006 Estación Pringels en su pueblo natal; sitio que ha devenido posta poética, centro de traductores literarios y estéticas múltiples.

martes, 22 de enero de 2013

Una mujer lava ropa sucia

Una mujer lava ropa sucia en el borde de los guijarros. Las estrellas caen al río como peces desesperados. Nunca nadie ha reparado en averiguar de qué material están hechas las costuras de las ropas. El viento no sopla cuando debe, eso lo sabes. La señora no terminará nunca de golpear las telas contra las piedras. Vigila tú, por no ensuciar demasiado.

viernes, 18 de enero de 2013

La literatura es básicamente un oficio peligroso


  «Yo me alejo del tiempo no por temor
sino por impotencia, por la imposible complicidad
con el salitre que corroe la ciudad.»

Atilio Caballero

Cada palabra ocupa un sitio: único e inviolable. Las preguntas tienen la capacidad de rebatirse en laberintos que siempre ocultan las salidas y regresan de la mano de personajes que nos recuerdan a nosotros mismos. La ciudad vive en él, y a través de él se salva de las evasivas y los desencantos. Su prosa es espada que traduce claramente en la herida; su poesía, un punto de fuga cuando se pierde el tiempo de los imposibles.

Atilio Jorge Caballero Menéndez es el más notorio de los escritores cienfuegueros contemporáneos. Licenciado en Teatrología y Dramaturgia, por el Instituto Superior de Arte, y graduado de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños en la especialidad de guión cinematográfico, ha obtenido numerosos premios tanto en Cuba como a nivel internacional. Tiene publicados más de una decena de libros —teatro, ensayo, poesía, novela, cuento, traducciones literarias— y ha sido antologado en disímiles publicaciones; reafirmando su versatilidad como escritor.

El galardón obtenido recientemente, Premio Alejo Carpentier, con el volumen de cuentos Rosso lombardo, figura como uno de los más representativos dentro de su carrera.


lunes, 7 de enero de 2013

Con gritos de luciérnagas

Tu silueta no dibuja arabescos conocidos, ni se esconde entre las sábanas cuando el viento golpea, gracioso, en la ventana. La vida afuera es tan diminuta, tan torpe, que todos suspiran sin saber por qué, que todos ríen sin escuchar cómo les revienta el eco por dentro. Duermes mientras barro la casa despacio y despiertas con el café o con el ruido insistente del panadero en el parque. Escuchas las voces de los niños y te robas algún detalle de esta habitación roída por las lluvias. Nada sobrevive a las paredes amarillas sino despiertas. Todo es tan apuesto, amor, tan APUESTO, que prefiero lustrar las losas donde colocaremos, más tarde, los senderos con gritos de luciérnagas.