jueves, 28 de marzo de 2013

Nada serio ha dicho el buró


Entre los versos se diluye toda posibilidad de anolamía; y tú mirándome desde el lado oeste de la página, moviendo junto al viento ese juego de letras que nunca ha dicho nada serio. Nada serio ha dicho el buró donde escribo las notas y donde las entrego. Quien lee sabe —o advierto— las cosas ocultas de las cosas, pero aún así no lo decimos.

El trabalenguas absurdo no termina de trabar las lenguas que debiera. Yo me fugo contigo, a lugares comunes, donde la gente piense lo absurdo, en vez de evadir las causas genéricas de los baches, por ejemplo, o el color muerto que están teniendo las flores en este lado de la ciudad.

jueves, 21 de marzo de 2013

No quedarán pueblos en el mundo

Los montes de ayer se reflejan solo en el agua disecada; soles que no reparten luz en este lado del pueblo. Sombras de niños, niños de sombra que juegan, columpios que mece el viento, vacíos. Hojas secas arrastradas por huellas de pies desconocidos y una marea repartiendo sal en el borde de las aceras.

Todo fue nada después de amarnos. Despoblamos la ciudad con nuestros gritos y subió la tierra, herida y descompuesta, a mentir sobre la felicidad, allá bien lejos, donde poco importa qué dice un trozo inerme debajo del pavimento. Mudos. Hay mudos en el pueblo. Y yo sigo amándote, después de todas las tormentas.

No quedarán pueblos en el mundo.

lunes, 11 de marzo de 2013

Los náufragos también sobreviven entre las tablas

Sujetas bajo la casa. No se escuchan. Encima los libros y la sonrisa de un ángel que también da luz en el cuarto. Calma con serena tempestad todos los miedos. Creer en la adversidad es otra muestra de valor. No escribiré, se lee en una tabla roída. La marea ahogará la casa en algún siglo. Pero se salvará la decencia de no haber escrito.

Los náufragos también sobreviven entre las tablas.

También pueblan de esperanzas el vacío.