jueves, 28 de noviembre de 2013

Las cosas para bebé son caras


La ropa para bebé es cara. Los culeros, los pañales (uno solo te puede costar hasta 200 CUP), las almohadas, la comida, los juguetes, las palanganas, los jabones, los imperdibles… para bebé son caros.

Y si a tus hormonas les da por ponerse majaderas y no tienes potencia para lactar descubrirás que el NAN es caro y tratarán de consolarte con historias de madres anteriores de que “eso es un invento de ahora, antes le dabas un poco de agua de arroz y después leche con maicena y no pasaba n’a”, pero se trata de tu hijo, al cual, por un problema involuntario y que carece de explicaciones mayores siempre querrás darle lo mejor. Pero el NAN es caro.

Las tiendas en divisa para bebé son caras (únicas donde puedes encontrar los productos que buscas). Mientras más pequeña es la ropa o menos material se utilice para confeccionar la suela del zapato, más caro será, en una manía constante de desafiar al intelecto buscando una explicación lógica que responda cómo algo tan diminuto y que se le quedará a tu bebé en no más de 3 o 4 meses puede ser tan excesivamente caro.


Luego haces un recorrido visual —preferiblemente corto— por el resto de los estantes mientas vas sufriendo pequeños, o enormes, colapsos de asombro. Muchas cosas a alguien pudieran parecerle un “lujo”: como esos andadores con marugas y muñecos que pueden entretener a tu niño durante horas mientras avanza indetenible por toda la casa sin que tú tengas que poner en extinción tu columna para enseñarlo a caminar, o las cunas-corrales todas adornadas y confortables que sustituyen el aspecto de presidio y la dureza de los antiguos, o los sensacionales juguetes o los diversos paquetes de culeros desechables o las toallitas húmedas que me han mirado desde la vidriera y me han dicho: limpieza rápida y olor delicioso para el culito de tu bebé.

Pero, ¿y las cosas elementales, necesarias y básicas? Los precios también sobrepasan la estratosfera. A cualquier producto que sea para bebé le disparan los precios en un exceso extremo e incomprensible.

El atelier estatal que visité (calle Orrutinier) tenía un aspecto deprimente, no solo por la escases de variedad en los productos sino por la presentación de estos. Lo que más me sorprendió, por solo citar un ejemplo, fue el precio de los culeros de gasa: 8:00 CUP, cuando incluso los particulares lo ofertan a 4 o 5 pesos, ¿por qué son más caros en la estatal?

Lo que te ofertan en la canastilla (cupón que obtienes a las 26 semanas de embarazo cuando renuevas la dieta por segunda vez en el consultorio y luego vas a la OFICODA y haces la cola y después se acabaron los colchones), es cierto que te ayuda, pero toda futura madre sabe que 10 culeros, 10 metros de tela antiséptica, 1 juego de sábana, 1 par de medias, 1 calzoncillo (blúmer si es hembra), 1 pulóver y 2 pomos plásticos no significan ni siquiera el inicio de lo que necesitará tu bebé. ¿Lo demás dónde lo consigues? Tampoco hay que preocuparse demasiado, muy caro, pero siempre aparecen por “ahí” las cosas.

La otra opción que tienes son las bellas tiendas de canastilla de los trabajadores por cuenta propia. Son lindísimas, hay de todo, y se te pierden los ojos escogiendo qué comprarás y que no, sin dejarte de parecer un abuso el listado de precios, pero bueno, es de ellos, ese es su negocio y por él pagan la patente que el Estado les fija, tú, pobre mortal, nada puedes hacer.

Cada día que pasa, cuando ya crees que lo tienes todo, vienen algunas voces y te advierten que “de eso nada” y te ofrecen otra lista con elementos que no te habían pasado por la mente, pero “que son muy, muy, muy importantes para el bienestar de tu futuro bebé”: el protector para la cuna y el carrusel para que se entretenga, un cargador o ponedor que vibre porque ahí se duerme mejor, una palangana para bañarlo que tenga taponcito para que el agua no se estanque, un microwave para que calientes las tomas con más facilidad, un muñeco que juegue con él y cosas por el estilo. La mala noticia, futura mamá, es que siempre que alguien mencione algo tú lo querrás desesperadamente.

Y bueno, las preocupaciones con el guagüi y la malanga y las compoticas y juguitos deliciosos y la harina lacteada y la gelatina que vengan después, porque por ahora, para esta altura, ya estarás exhausta y delirando y haciendo magia con el salario porque todas las cosas para bebé son caras.

5 comentarios:

  1. Melissa: Son caras. Carísimas. Perdona si te digo que aun no lo sabes del todo. Verás por el camino. Pero si sirve de algo el consejo de un papá que hace 15 años pasó por ese trance, te digo que la principal fortuna de un bebé es el amor de sus padres. Sé que a tu prole no le faltará, así que lo demás se arregla en el camino. Cuántos niños ve uno por ahí con tanta "maravilla" puesta o ingerida y son anémicamente queridos. En fin, este es un comentario de aliento frente a la crisis material real que nos agobia. Porque las cosas son caras, pero los niños son las mejores curas para este tiempo difícil. Sé que lo sabes. Un abrazo.

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    1. Gracias Mila, por tu experiencia y por tu cariño. Así es la cosa se complicará en el camino, jajaja, pero claro que no le faltará mucho amor. Un beso para ti. Te dejo vigilando Los otros ojos.... durante este año que ya acerca, jajaja. Besos, Meli

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  2. Meli, lo mismo me ha sucedido, ya sabes, tenemos casi el mismo tiempo, al final cuando comience a sacar cuentas de lo que hemos gastado Sabdiel y yo en estos meses debe ser una cifra astronómica, pero lo más preocupante es la alimentación y el vestuario cuando nazca y crezca: ahí sí se nos caerá el pelo haciendo factura, pero verás que el solo hecho de tener a estos "locos bajitos", como diría Serrat, ya nos hará felices.

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    1. Gretta querida, así es la cosa, pero bueno hay que seguir para adelante y guapear ahí con lo que se tenga, que siempre aparece algo, ajjaja. Y como nuestros guapos nenés serán varoncitos no hay que coger mucha lucha con el vestuario que es mucho más práctico.

      Un beso bien grande ya al borde del parto, ajjaja. Meli.

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  3. Aparentemente el problema está en que incitan a las mujeres a que los retengan alguno añitos en el vientre y les den a luz ya de grandes. Pura incoherencia y proporcionalidad inversa la de estos precios re-caros… pero nada, como bien dice Enrique, la mejor fortuna que podemos darles a los Baby es amor en abundancia, aunque este, nunca sea suficiente…

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