Las tardes de lluvia me gustan y no.
No me gusta mojarme, sí me gusta el sabor. Me gusta pensar en las flores, más no me gustan las ranas, ni la suciedad, ni que mis pies se marquen en el fango, ni que se filtre mi cuarto. Me gusta pensarte, con ese olor a humedad; no me gusta que estés lejos, y que no te pueda tocar.
No me gustan los paisajes, porque se les cae el color, más me encanta refugiarme, sola, en cualquier rincón. No me gustan los relámpagos, porque se llevan la luz, y el calor; pero me gusta escuchar cómo la lluvia, golpea en mi ventana, y ese tilín, y esas ganas, de mojarme el colchón.
Las tardes de lluvia me gustan y no.
No me gustan si estoy loca; y es que ya no tiene remedio, este afán y este tedio, que empapa el corazón.
En verdad a mis años, es complicado leer cosas asi, pues me puedo mojar tambien, jajajaja besitos
ResponderEliminarjajajjaj, gracias, y si quiere mojarse, adelante..... un besi
ResponderEliminarLas tardes grises por la lluvia... cuanta ausencia de color pero cuanta sensación en todo lo mencionado antes, el fango deslizándose entre los dedos de los pies, el olor a humedad... definitivamente, me quedo con ese añorado chaparrón
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