Cargo el tiempo sobre la espalda. Me acuerdo de ti más seguido desde la última tormenta. ¿Será que arrasaste con la casa, o fue la lluvia y los vientos? Da igual. Ando errante. Ando loco. Ando sin las marcas de tus dientes en la piel. Ando sin pies, en una suerte de cabalgata que no acabará nunca.
Ojalá esto fuera un sueño y despertara. Ojalá estuviera muerto y resucitara. En cambio, tengo un dolor insoportable en la columna, y apenas me puedo despegar del reloj. Siento, a veces, como el minutero me están rajando la piel.
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