viernes, 13 de enero de 2012
Lola
Cuando me di cuenta estaba con los calzoncillos de dormir frente a aquellas tres niñas locas que me miraban como si yo fuera el asesino de su osito de peluche. Juro que no fui yo. Sí, ya sé que hice cosas exageradas para llamar la atención de Lolita, como eso de cortarle la trenza o rayar la ventana de su cuarto, pero es que el amor se manifiesta de formas raras, además es ciego, ella no debió darle mucha importancia. Lolita es el amor de mi vida, por eso sus tres amigas me sentaron en este banco, para hacerme un juicio, por eso me están mirando como si yo fuese el niño que orina todos los días su jardín, y no soy yo, yo soy inocente, lo prometo por mis robots y mis carritos de control remoto. Mi único pecado es amar a Lola, ¡dios mío!, muero cada vez que la veo meterse los dedos en la nariz como si fuera un túnel o cuando se acomoda sus espejuelos gigantes a mitad de la cara, es una belleza. Por eso no dejaré que esas tres locas me impidan desposarla. Devuélvanme mi ropa, vamos, rápido y no me miren más así, no estoy loco, solo es que la amo mucho. Sí, amo a Lola.
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Ay, angelito! yo creo que Lola no tendrá más remedio que amarlo luego de una confesión así. Meli, qué cosa más chula, tas en una racha de inocencias por lo que veo. Enhorabuena!
ResponderEliminarMaría Antonieta
María Antonieta: yo también lo creo, cómo podría resistirse Lola? míralo, no, ella vendrá a salvarlo de esas miradas...
ResponderEliminarGraciassssss, no me cansaré de agradecerte, síiiiiiii, me encanta escribir en voces de niños, lo adoro. Un beso
Melissa: ¿Seguro que no eres Lola...?
ResponderEliminarAmigo mío: si hay un nene como ese reclamándome, por supuesto, soy Lola, siempre.... un besi
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