jueves, 1 de marzo de 2012

Tú y los meses

Ojalá pudiera robarme los meses (este, por ejemplo), esconderlos debajo del colchón, apretar los días contra los muelles, contra el peso de mi cuerpo, y acostarme, en las noches, sobre el 1ero o el 25, tal vez asfixiar al 12 y al 30 con el pubis. Si pudiera robarme los meses y saltar a mi antojo por el calendario (de enero a abril, por ejemplo, y después a junio) los días no serían tan desesperantes y me dejaran en paz los fantasmas de los miedos, esos que vienen a los sueños y los tuercen, los echan a las llamas hasta convertirlos en pesadillas. Si pudiera alterar el tiempo, adelantar los minutos sin sentidos y estacionar unas horas después, andaría con sonrisas.

Es que a lo meses les ha dado por demorar, entonces los escucho burlándose de mí, sacándome la lengua, torturándome con relojes de arenas tupidos, los veo anclándose, y ya les he explicado, cientos de veces, que tú estarás esperándome después de ellos. No sé qué haré para que me entiendan, aún así, no te asustes si mañana despiertas y no ves a marzo en el almanaque, al menos piensa que estaremos frente a frente, y tal vez, con mucha suerte, dibujados en algún cuento.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Kike: graciassss, por leer y por desandar estar letras como los meses. Bueno, yo no sé mucho de redacción, solo lo elemental para sobrevivir entre sintagmas, pero con mucho gusto lo compartiría contigo, cómo no. Cuándo vienes a Cienfuegos?? jajaja. Un besi grande.

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