Has cambiado y lo sabes. Apenas fueron unos días, pero despertamos sin ánimos. Las señales cayeron sobre el asfalto, mientras tú volteabas la cara, y las manos. Ni siquiera dejaste las luces del alba, y ahora veo sombras que se me atraviesan en la garganta. Se esfumaron tus palabras, tus horarios y tus misas, los regaños, los celos, los discursos, el papel, las cenizas, los porqués… y fuimos cayendo en el abismo del pasado. No te encontraré mañana, ni en los cristales de esas voces que asustan, estás para siempre lejos de lo mucho de ti que soy.
martes, 11 de octubre de 2011
Giro
Has cambiado y lo sabes. Apenas fueron unos días, pero despertamos sin ánimos. Las señales cayeron sobre el asfalto, mientras tú volteabas la cara, y las manos. Ni siquiera dejaste las luces del alba, y ahora veo sombras que se me atraviesan en la garganta. Se esfumaron tus palabras, tus horarios y tus misas, los regaños, los celos, los discursos, el papel, las cenizas, los porqués… y fuimos cayendo en el abismo del pasado. No te encontraré mañana, ni en los cristales de esas voces que asustan, estás para siempre lejos de lo mucho de ti que soy.
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Lo importante (lo más importante) es que nada haga girar el rumbo de tus sueños.
ResponderEliminarLo tendré en cuenta, siempre, y si es preciso me tatuaré tus palabras en la frente, un beso. Gracias eternas.
ResponderEliminarhay giros que provocamos, y no nos damos cuenta cuantas calles hermosas dejamos detrás... intentamos dar vuelta y nos encontramos un enorme hueco en la esquina y un trovador canta en la esquina... "creíamos entonces que estábamos de vuelta, cuando faltaba tanto de ausencia y de poeta"...
ResponderEliminarenorme meli, un beso..
WoW!!! Abelito, un millón de gracias por ese comentario, pero por sobre todas las cosas, por hacer feliz a mi amiga, jajajja.. nunca giren ustedes, mantente atado a esas pupilas azules, un beso
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