miércoles, 5 de octubre de 2011

Injurias


No sólo es el bloqueo o ese pedazo robado en Guantánamo. No sólo es el título de Nobel de la Paz que cuelga en algún lugar del despacho Oval o en la Casa Blanca o en qué se yo dónde. No sólo son esas balas cayendo en los pechos de miles de personas inocentes en el Oriente Medio o que estén armándose hasta los dientes con artefactos nucleares. No sólo es lo revertido y estúpido de su política. Hay más. Mucho más.      

Y es que de lo sublime pasan a lo súper ridículo. Hasta un niño de meses se daría cuenta. Ahora, aquel infausto gobierno también le “pasa la mano” a los terroristas. Y el autor intelectual de la explosión del vuelo cubano en Barbados, va a quedar inmune. Todos lo saben, así que no es necesario el juicio falso, ni los payasos a la entrada del juzgado.

Creo que ya la crisis empezó a afectar algo más que los bolsillos. Es una desfachatez al descubierto. ¿Cómo es posible que permitan hechos así? ¿Está ya este mundo al revés? Pero aún aunque caminemos de cabezas y quieran que pensemos con los pies, el fin no es el ahogamiento de las democracias, mucho menos de las verdades. Seguiremos con nuestro colimador de libertad apuntando firme, criticando y denunciando cada ultraje, cada agravio.

¿Con qué piezas se le construye un pedestal a los asesinos?, ¿con las almas ardientes que claman por justicia?, o ¿se les hacen trofeos a base de lágrimas de los familiares de las víctimas? Es totalmente insensato. Es comerse a mordidas las calles, es ir poniendo bombas por las esquinas, es trastocar el sentido de la vida, es decir sí a las armas y no a la paz, es levantar el exterminio, los holocaustos, las masacres e ir enterrando, suelo abajo, a los cielos azules, a los arcoíris, a los amaneceres sin polvo en el aire.

No entiendo bien las alas abiertas del águila, ni su vuelo, ni sé cómo escoge a la presa. Pero presupongo que, al final, sólo quedara rodeada de cuervos que le comerán los ojos, y se desatará una guerra de subsistencia donde clamará por las piedades que nunca tuvo. Conjeturo que las barbaries romperán en banderas blancas, banderas para derrumbar los muros y sanar las patrias.

Los terroristas sin corazón que habitan este planeta, esos que están con la boca abierta esperando la comida impávida del ave rapaz y con ojos abiertos acuchillan las verdades y desangran los soles y hasta las lunas, esos que han hecho caer estrellas y millones de sueños; sí, esos terroristas caerán al pie de su propio infierno y arderán eternamente.

Y hasta la eternidad en llamas es poco castigo.                
     

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