No escampa, cuando uno quiere no escampa. Y
se me empapó la piel de repente mientras corrí, mientras mis pies buscaron los
tuyos. Hoy le salieron ojos a la avenida y había gente que no reconozco pasando
como locos y ruidos extraños y semáforos riendo en la esquina.
Y yo que salí sin la ropa, y yo que casi me
ahogo sobre el muro del malecón, y yo que esperé la tarde para verte, y yo que
ahora escribo cosas como estas, sin sentido, sin orden, sin lógica, a esta
hora, que es tarde, muy tarde para estar escribiendo cosas como estas, para
estar riendo sola frente a la computadora, que no me conoce, que ya me preguntó
mi nombre y no le respondí,
pensará que estoy loca, que vengo de otro cometa. Pero
no, estoy lúcida, al menos eso me invento…; lo que pasa es que yo también tengo
las manos mojadas.
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