sábado, 19 de noviembre de 2011

Sueños

A la entrada de los sueños permanece inerte la estatua. Está construida con pedazos de nosotros, con realidades de nosotros y con imágenes de nosotros. Las pesadillas la azotan madrugadas enteras, pero ella sabe defenderse, y entonces abre las alas donde guarda la nube en que nos besamos, y levanta el brazo tatuado con aquel jardín de soles y mariposas y centellas; se abre toda para tragarse a los malos sueños de un bocado. No siempre lo consigue, es cierto, hay veces que sucumbe... pero gracias a ella, aún tú y yo, estamos vivos.

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