Foto: Ismael Francisco |
Despiertas algo atontada, exactamente a las 9:00 a.m. bostezas, y no es solo hasta las y media que logras incorporarte al bullicio de la mañana y al salitre. Pero me temo que apenas sabes de mí. Desconoces que te dedico poemas extraños: "tú no te irás, mi amor, y si te fueras, / aún yéndote, mi amor, jamás te irías". Ignoras cómo te repaso a cada minuto, cómo te cuido, cómo te espero.
Hoy amanecimos con vientos y lluvias oscuras. Hoy nos separa algo más: hoy nos aparta esa gran ola que me robó el privilegio de abrazarte; mientras yo sigo aquí, inmóvil, con los celos sajándome la estructura, y amándote desesperadamente sin que lo sepas.
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