viernes, 11 de noviembre de 2011

Donde acaba todo


Es de tarde y el viento me quita la ropa frente a todos y juega con mi pelo y me da palmaditas en los hombros. Hay un señor sentado en el muro pescando sueños, pero el mar está bravo y choca contra los límites de la ciudad y la viola y humedece las aceras y las calles. Pero el señor continúa de pie, con el anzuelo inventado en la mano y la carnada en el agua, porque sabe que si se queda otro rato es posible cambiar su vida y porque de nada vale rendirse frente al muro.

Yo quise quedarme, me vendría bien atrapar alguno, pequeño, un tanto más esperanzador, qué más da, no importa, ya no me importa, sino pescarlo. Entonces me arrancaría un lado del corazón, el derecho, para colocarlo en el anzuelo y esperar a que piquen, a que me lo coman, que se lo traguen y lo mastiquen, lo saboreen y lo degusten... esperar entre las madrugadas procurando que el salitre no me tumbe la piel.


Pero ahora solo hay frío y me salpico de olas y no tengo hilos, sino una soledad acompañada en una ciudad que no es mía pero que me sorprende desnuda y me recorre los sentidos por dentro hasta virarme al revés. Ahora, solo veo a un señor implorándole al mar, aunque el sol se ponga, aunque el muro crepite, aunque yo venga de intrusa a querer robarme sus sueños, aquellos pocos que sobreviven entre la sal.

Dicen que los sueños son de otros, a los que ya no les sirven, entonces los tiran por el fregadero; por eso cada vez más estamos viviendo la vida de otros, y hasta bebiendo sus fracasos, por eso cada día se hace más difícil atrapar uno.

Y ese señor contra el muro, soportando los vientos, con una fe espantosa, con una mirada que no se pierde, que está fija allí, donde todo se acaba, donde ya nada tiene sentido, pero él está, firme, con los cayos en las manos y sangre y huellas; está allí aunque haya frío y sea tarde y aunque yo esté desnuda.

4 comentarios:

  1. uuuuu...amiga es un honor conocer y compartir la habitación con alguien que desprende con sus letras tamañaza sensibilidad...realmente que honor...

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  2. Pues que el honor es mutuo y retroalimentado, jajaja. Gracias, de veras, un beso...

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  3. creo que la habana,el mar, y tu soledad acompañada, le asienta a tus letras, cuidate...

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  4. Usted cree. Bueno tendré que trabajar sobre esa base entonces, ajjajajjaja. Un beso y gracias por leer siempre.

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