jueves, 22 de septiembre de 2011

Tus palabras

Una sola palabra tuya, una sola, y se me revuelven los mares, y llegan tsunamis con olas gigantes a desahuciar el mundo donde me escondo. Una sola palabra, una sola, y se me caen los pedazos del cuerpo, y me incinero frente a vientos que turban la paz de ayer, o voy directo a sentarme frente a la línea de los trenes. Aún me estoy madurando, aún no tengo todas las respuestas o las direcciones, aún me tambaleo en una cuerda floja donde hace mucho que ya no estás, aún me doy golpes eternos contra las paredes, aún no aprendo a barrer las sombras del camino; aún no.

Entonces, cuando tiro arpones para sujetarme a las paredes, sin querer, se te clavan en el pecho, y te hago sangrar, y te maltrato conmigo misma, conmigo misma que no soy más que el daño eterno de las cosas; conmigo, que no sé enfrentar los destinos, ni ser valiente; conmigo, que cuando intento pelear con mis miedos se me doblegan las espadas y dejo que ellos me coman. Y me comen, y me atan en su estómago, y me amordazan…

Solo quisiera ver la luz alguna vez, en tus manos, con tus palabras, contigo; ver la luz, porque llevo más de dos décadas esperando, porque todavía no la he besado con mis ojos.

4 comentarios:

  1. me encatas Fermi, un beso al alma...

    ResponderEliminar
  2. Gracias, nunca me habían besado ahí, otro para usted.

    ResponderEliminar
  3. como siempre, fenomenal, Meli, ahora mismo no puedo escribir todo lo que sabes pienso de tus letras, pero te agradezco que continúes, pues contribuyes a llenar muchos espacios

    ResponderEliminar
  4. Gracias Carli, con que leas me es suficiente, con que lo pienses, con que lo sientas.. un besi grande.

    ResponderEliminar